sábado, 25 de junio de 2016

Consideraciones generales RCP

La parada cardiorrespiratoria (PCR) se define como aquella situación
que cursa con la interrupción brusca e inesperada de la respiración
y circulación espontáneas. Se incluye en esta definición la condición
de inesperada y además potencialmente reversible, excluyéndose
el desenlace final de una enfermedad incurable.
La anoxia producida por el cese de la ventilación y la circulación
sanguínea, llevarán al organismo a la aparición de:
4Acidosis mixta.
4Metabolismo anaerobio con producción de ácido láctico.
Ambos fenómenos llegarán a producir alteraciones a nivel de
determinados órganos como son:
4Cerebro: edema cerebral y lesiones irreversibles.
4Corazón: la acidosis produce descenso de la contractilidad y
disminuye la acción de las catecolaminas.
4Riñón: aparición de lesiones tubulares.
4Hígado: alteraciones metabólicas y lesiones lobulillares.
Sea cual fuere la causa primera de la parada debe seguirse de
inmediato del inicio de las maniobras de reanimación cardiopulmonar
(RCP) para revertirla, ya que el cese de la ventilación y/o circulación
lleva inexorablemente a daños cerebrales por anoxia y, posteriormente,a la muerte biológica en pocos minutos, dependiendo las posibilidades
de recuperación entre otras cosas, del tiempo transcurrido entre la
parada y el inicio de las maniobras de RCP.
El objetivo ante una PCR es evitar la muerte biológica por lesión
irreversible de los órganos vitales, especialmente el cerebro, y para ello
se propone la cadena de la supervivencia como el resultado de la
unión de cuatro eslabones básicos, cada uno con sus acciones y objetivos.

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