miércoles, 29 de junio de 2016

RCP

4Reconocimiento precoz del ataque cardiaco y alerta inmediata.
Sus objetivos son concienciar al ciudadano de la importancia de acudir
al Sistema de Salud ante cualquier sospecha de ataque cardiaco, así
como que los sanitarios realicen un diagnóstico rápido de los mismos y
la alerta a los servicios de emergencias médicas.
4RCP rápida. Persigue el aporte de oxígeno a los tejidos y en
especial al sistema nervioso central mientras dura la PCR, iniciando de
forma rápida las maniobras de RCP básicas, que en esencia son el
masaje cardiaco y la ventilación boca-boca. Esta fase de la reanimación
es un soporte precario que permite ganar tiempo para poder aplicar
la RCP avanzada.
4Desfibrilación rápida. En busca de la recuperación de la función
cardiovascular y respiratoria, mejorando al máximo posible el aporte
de oxígeno y corrigiendo las alteraciones eléctricas presentes.
4Cuidados post-reanimación. Para la estabilización del enfermo
en un centro sanitario adecuado. Está indicado el inicio de maniobras
de reanimación en todo paciente en situación de parada, excepto ante
la certeza de que han transcurrido más de diez minutos sin practicar
ningún tipo de Soporte Vital Básico -SVB- (salvo en ahogamiento o
hipotermia, sobre todo en niños, o en intoxicación por barbitúricos),
que el origen de la parada sea consecuencia de la fase terminal de
una enfermedad incurable y, por último y evidentemente, ante la presencia
de signos inequívocos de muerte biológica. Cobran mucha
importancia y convendría protocolizarlos.

sábado, 25 de junio de 2016

Consideraciones generales RCP

La parada cardiorrespiratoria (PCR) se define como aquella situación
que cursa con la interrupción brusca e inesperada de la respiración
y circulación espontáneas. Se incluye en esta definición la condición
de inesperada y además potencialmente reversible, excluyéndose
el desenlace final de una enfermedad incurable.
La anoxia producida por el cese de la ventilación y la circulación
sanguínea, llevarán al organismo a la aparición de:
4Acidosis mixta.
4Metabolismo anaerobio con producción de ácido láctico.
Ambos fenómenos llegarán a producir alteraciones a nivel de
determinados órganos como son:
4Cerebro: edema cerebral y lesiones irreversibles.
4Corazón: la acidosis produce descenso de la contractilidad y
disminuye la acción de las catecolaminas.
4Riñón: aparición de lesiones tubulares.
4Hígado: alteraciones metabólicas y lesiones lobulillares.
Sea cual fuere la causa primera de la parada debe seguirse de
inmediato del inicio de las maniobras de reanimación cardiopulmonar
(RCP) para revertirla, ya que el cese de la ventilación y/o circulación
lleva inexorablemente a daños cerebrales por anoxia y, posteriormente,a la muerte biológica en pocos minutos, dependiendo las posibilidades
de recuperación entre otras cosas, del tiempo transcurrido entre la
parada y el inicio de las maniobras de RCP.
El objetivo ante una PCR es evitar la muerte biológica por lesión
irreversible de los órganos vitales, especialmente el cerebro, y para ello
se propone la cadena de la supervivencia como el resultado de la
unión de cuatro eslabones básicos, cada uno con sus acciones y objetivos.

martes, 21 de junio de 2016

La secuencia universal del RCP

Los algoritmos de resucitación básica y avanzada en el adulto y
pediátrica se han simplificado todo lo posible sin que pierdan su efectividad
con las víctimas de paradas cardiacas en la mayoría de las circunstancias.
El personal de emergencia comienza la RCP si la víctima
está inconsciente o no responde y no respira con normalidad (ignorando
la respiración agónica). Se utilizará una única relación de compresión/
ventilación de 30:2 en el caso de un único reanimador en el adulto
o niño (excluidos los neonatos) en intervenciones extrahospitalarias y
para todas las RCP de adultos. La relación única se justifica para simplificar
su enseñanza, facilitar la retención de la técnica, aumentar el
número de compresiones administradas y disminuir la interrupción de
las mismas.
Una vez que se conecte un desfibrilador, si se confirma un ritmo
susceptible de cardioversión, se administrará un único choque.
Independientemente del ritmo resultante, inmediatamente después de la
descarga se deben comenzar las compresiones torácicas y las ventilaciones
(2 min con una relación de 30:2) para minimizar el tiempo de
ausencia de flujo sanguíneo.
Cuando se haya asegurado la vía aérea mediante un tubo endotraqueal,
mascarilla laríngea o combitubo, los pulmones se ventilan a
un ritmo de 10 min sin hacer pausa durante las compresiones torácicas.
Las interrupciones de las compresiones torácicas han de reducirse
al mínimo. Al detener las compresiones torácicas, el flujo coronario
desciende sustancialmente; al reanudarlas, son necesarias varias compresiones
para que el flujo coronario recupere su nivel anterior.

jueves, 16 de junio de 2016

RCP

Como principales acuerdos tomados para sus recomendaciones se
hace referencia a los siguientes:
- La activación de los servicios de emergencias médicas será
conforme a lo que permita el desarrollo de los sistemas de emergencia
en los diferentes países. Se recomienda que los reanimadores activen
en primer lugar los servicios de emergencias médicas ante un adulto o
niño mayor de ocho años inconscientes. Existen algunas excepciones en
las que se hará tras un minuto de reanimación en adultos víctimas de
ahogamiento, trauma y sobredosis por drogas, o en caso de niños
menores de ocho años. Si hay dos reanimadores, el primero iniciará
RCP y el segundo activará los servicios médicos de emergencias.
- Se mantienen las recomendaciones en la ventilación de
salvamento y con reanimador manual, de modo que los volúmenes y
tiempos ventilatorios en boca-mascarilla o ventilación con reanimador
manual podrían concretarse en los siguientes:
- Sin oxígeno suplementario el volumen de aire en cada ventilación
debe ser de 10 ml/kg (700 a 1.000 ml) durante 1 segundo
(Clase IIa).
- Con oxígeno en concentración superior al 40%: el volumen
en cada ventilación debe ser de 6 o 7 ml/kg (400 a 600 ml)
durante 1 segundo (clase IIb).

lunes, 13 de junio de 2016

RCP

La cardiopatía isquémica es la principal causa de muerte en el
mundo. La parada cardiaca súbita es responsable de más del 60% de
las muertes en adultos por enfermedad coronaria. Las paradas cardiorrespiratorias
(PCR) extrahospitalarias de origen cardiaco reanimadas
oscilan entre 49,5 y 66 por 100.000 habitantes
Las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP en lo
sucesivo), descritas en 1960, han llegado hasta la actualidad con
variaciones, incluso con importantes discrepancias entre las diferentes
organizaciones científicas que las propugnan y difunden. Esto motivó
en 1993 la creación del Comité Internacional de Coordinación sobre
Resucitación, ILCOR (International Liason Committé on Resuscitation)
que abogó en sus conferencias de 2000, 2005, 2010 y 2015 por
conseguir unas recomendaciones unificadas y basadas en el respaldo
de la evidencia científica.
Actualmente, las Guías de RCP no definen la única forma en que se
debe realizar la reanimación cardiopulmonar; sino una recomendación
ampliamente aceptada por segura y efectiva. Esto quiere decir que las
diferentes organizaciones que forman el ILCOR publicarán sus propias
directrices sobre reanimación basadas en las recomendaciones del
documento de consenso, pero teniendo en cuenta también las
diferencias geográficas, económicas y en la práctica asistencial, así
como la disponibilidad de equipamiento sanitario y fármacos.

jueves, 9 de junio de 2016

Auditoría clínica del manejo de la esclerosis lateral amiotrófica en situación terminal: resultados preliminares

Se toman como muestra a 14 pacientes de ELA en situación terminal que fueron atendidos por la Unidad de Cuidados Paliativos (UCP). En el mismo periodo la Unidad de Cuidados Paliativos de Subagudos (UCPSA) atendió a 291 pacientes, en los que se produjeron 55 éxitus: 38 en hospital, 15 en residencia, 8 atendidos por Atención domiciliaria con Equipo de Soporte (ESAD) y 4 en el domicilio. La edad media de los pacientes fue de 60,93 años. En la sintomatología predominó: debilidad, disfagia, disnea, depresión, ansiedad, insomnio y secreciones respiratorias. 9 pacientes conocían su diagnóstico y 6 su pronóstico, de los familiares 11 conocían el diagnóstico y pronóstico. En 7 casos ambos estaban de acuerdo en los objetivos paliativos. Solo 3 pacientes accedieron a CP con IP, 2 de los cuales tuvieron dudas. Aun así 9 pacientes rechazaron la VMI y 6 también la VMNI. 9 se negaron a la realización de una gastrostomía. A varios se les aplicó VM (5 casos Bipap y 1 VMI) y 1 utilizó facilitadores de la tos. 8 pacientes portaban gastrostomías. El tratamiento activo se suspendió en 12 casos. A 8 pacientes se les administró psicofármacos (benzodiacepinas y antidepresivos) y 6 de estos necesitaron altas dosis de morfina y midazolam. 5 pacientes fallecieron fuera de la UCP atendidos por el Equipo de Soporte Hospitalario (ESH), 6 casos en la Unidad de Cuidados Palaitivos Agudos (UCPA) y 2 en UCPSA. La causa más habitual de muerte fue neumonía (7casos) o IRA (3casos). La muerte se produjo de media 10,83 días después de la valoración inicial de UCP (1-73 días). Todos excepto uno prefirieron morir en el hospital

lunes, 6 de junio de 2016

Sedación paliativa en un Hospital Universitario: experiencia tras la puesta en marcha de un protocolo específico

En este estudio se analizan las hojas del registro de sedación paliativa (SP) tras la puesta en marcha del protocolo en el Hospital Universitario Virgen Macarena. En un año se dieron 90 casos de SP, el 27,6% de los pacientes atendidos por el equipo de soporte de cuidados paliativos (ESCP) y el 7,03% de los  fallecidos en el hospital. En 5 casos se consultó al Comité de Ética Asistencial. La edad media fue de 59,22 años, y el 68,1% fueron hombres.  En el 90,4% de los casos la patología fue oncológica. La SP fue realizada conjuntamente por el médico de ESCP y su médico responsable en el 66,6% de los casos, en el 33,3% ya estaba iniciada y se confirmó la correcta indicación seguimiento y registro. La información sobre la enfermedad se registró en el 56,6% de los casos, pero solo el 39,3% conocía el mal pronóstico. Hubo consentimiento explícito en el 11,2%, los restantes fueron por representación. Hubo petición familiar de acortar la agonía en dos casos, se aclaró el marco ético-legal y en un caso se retiró las drogas vasoactivas. Antes de la sedación, se consultó a la unidad del dolor (6 casos), oncología radioterápica (4 casos), psiquiatría (1 caso), trabajo social (1 caso) y nutrición (3 casos). Los síntomas refractarios motivo de SP fueron sufrimiento psicológico 21,1%, sufrimiento emocional 14,4%, y síntomas físicos 84,6% (dolor 31,1%, delirium 47,7%, disnea 75,5%, vómitos 13,3%).  La duración media fue de 134,02h (5,5dias) en un intervalo de 2 a 9 días. La profundidad se registró en el 88,8% de casos, siendo superficial en el 33,3% y profunda en un 55,5%. El 58,9% fueron continuas y el 41,1% intermitentes aunque el 60% de estas derivaron en continua. El 100% se encontraba en fase terminal y de ellos el 49,5% en fase agónica. La sedación en la agonía fue continua en un 97,6% y profunda en un 76,7%., con una duración media fue de 37,1h. 48 sedaciones se produjeron en fase terminal  no agónica, con una duración media de 230h, 36 intermitentes y 10 continuas (4 superficiales). El 100% de las SP concluyeron con el fallecimiento. Los fármacos empleados fueron Midazolam en el 87,7% y Levopromacina en el 10,2%, sin embargo en el 15% de las sedaciones se necesita cambio o asociación de fármacos.

jueves, 2 de junio de 2016

Enfermería y paciente terminal: aspectos bioéticos

En este artículo se destacan diversos dilemas éticos que surgen en la atención de enfermería ante paciente en situación terminal. Es un deber ético proporcionar la mejor calidad de vida posible, defender los derechos del paciente, con en el consentimiento informado, y la toma de decisiones y juicios de proporcionalidad de los tratamientos. Como consideraciones éticas establece: Deberes éticos con el paciente terminal, preparar al paciente para enfrentar la muerte con dignidad, respeto a la autonomía, ética del tratamiento paliativo del dolor, el paciente terminal en cuidados intensivos, cuidados mínimos y medidas de soporte vital, la alimentación en el enfermo terminal y el empleo de medios  “desproporcionados”.