En la mayoría de los casos la ablación se
practica en la infancia, en algún momento entre la lactancia y los 15 años. Unos
140 millones de mujeres y niñas sufren en la actualidad las consecuencias de la
MGF.
Las zonas donde más mutilaciones genitales se
producen son en África (concretamente en las regiones occidental, oriental y
nororiental), en Oriente Medio y en algunas zonas de Asia.
En muchos casos son los mismos médicos
quienes lo llevan a cabo. Un estudio reciente ha puesto de manifiesto que el
18% de las mutilaciones en las niñas y las mujeres fueron practicadas por
profesionales de la salud, porcentaje que en algunos países alcanza el 74%.
Existen cuatro tipos distintos de mutilación genital femenina: infibulación,
clitoridectomía, excisión y otros.
La infibulación es una mutilación de los genitales
femeninos, cruenta en la mayoría de los casos, consistente en una clitoridectomía seguida por el cierre vaginal mediante sutura. Solamente se
deja una pequeña abertura para la emisión de orina y descarga de la sangre
menstrual.
La clitoridectomía es la ablación o eliminación de tejido de cualquier parte de los genitales femeninos, particularmente del clítoris con motivo de eliminar el placer
sexual en las mujeres por razones culturales, religiosas o cualquiera otra no médica.