El análisis transaccional fue creado como
técnica de ayuda para dichas ciencias, por el psiquiatra Eric Berne. Es ideado
en principio para su uso en psicoterapia, pero se puede aplicar a cualquier
ámbito de trabajo con otras personas. Surge como una psicología social en un
contexto donde predominaba un enfoque individual, como en el psicoanálisis o el
conductismo.
Podemos definirlo como una toma de posición
en cuanto al ser humano, un sistema teórico de la personalidad e intercambios
sociales, o como un conjunto de técnicas de cambio
Análisis estructural y funcional
de la personalidad.
La Personalidad se define como
el modo habitual por el cual una persona piensa, siente, habla, y actúa para satisfacer
sus necesidades. Además la personalidad se modifica a lo largo de la vida por
distintas circunstancias.
Siguiendo un análisis
estructural, podemos distinguir tres estados de la personalidad:
-
El Padre: recoge una serie
de comportamientos que reflejan las figuras parentales que influyeron en
nuestra propia infancia. Es un sistema de emociones acompañado de patrones de
conducta repetitiva. Representa lo que se debe hacer, normas y mandatos.
A su vez, podemos dividir esta
figura en dos variantes distintas:
o Padre Crítico: caracterizado por la firmeza, el control y orden dentro de límites
adecuados, aunque predominan los prejuicios y desvalorización.
o Padre Nutricio: se caracteriza por la comprensión, apoyo, y protección extrema.
-
El Adulto: Incluye una
serie autónoma de sentimientos y pautas conductas adaptadas a la realidad, no
son replicas. Usa la razón para almacenar datos, adaptarlos, y después
reaccionar. Representa lo que conviene hacer.
Según los comportamientos observables
podemos clasificarlo como:
o Adulto bajo: el que realiza tareas mecánicas.
o Adulto medio: es el repetitivo intelectivo, que cumple con las tareas indicadas.
o Adulto alto: es el analítico.
-
El Niño: conjunto de
sentimientos y actitudes propios que son reliquias de la infancia. Representa
lo que le gusta hacer, emociones, placer, ideas irracionales…
Según su comportamiento, podemos
encontrar varios patrones:
o Niño libre: es aquel que no se ha adaptado y se caracteriza por su creatividad,
curiosidad y vivacidad.
Si se corta esa libertad da
lugar a un comportamiento adaptado, dividido en:
o Niño sumiso: es obediente, disciplinado y a veces desvalorizado.
o Niño rebelde: es opositor, desafiante, provocador…
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