Nuestra forma de escribir puede revelar
muchos detalles sobre nosotros mismos, incluso hasta detalles sobre nuestras
posibles patologías mentales. Así se detalla en el último libro “Grafología para la felicidad” de la psicóloga y grafóloga Irene
López Assor quien explica que a través de la escritura se puede conocer cómo se comporta una persona
con los demás, si tiene rasgos de ira o maldad, si es alegre o
triste, si tiene fuerza de voluntad o no o incluso si es o no rencorosa.
Las
personas con problemas cardiovasculares o pulmonares suelen presentar escritura
con muchos puntos y letra débil; el exceso de punto seguido o punto y aparte
se debe a que su dificultad para respirar y la obligación de hacer pausas les
lleva a la continua utilización de este símbolo ortográfico.
En el análisis de las letras, el hecho
de que una persona escriba con letras “que bailan” simboliza que esa persona es
muy emotiva y se deja influenciar por el entorno; si escribe con letra muy pequeña se trata de una persona analítica e
incluso avara; si escribe con letras rígidas tiene una
personalidad metódica y minuciosa; si las letras son muy grandes, pero sin ser
excesivamente grandes, esa persona es abierta, generosa y extrovertida.
De la misma forma, el escribir hacia
arriba o hacia abajo nuestros renglones también aclara detalles de nuestra
personalidad: si escribimos de forma ascendente somos optimistas y
alegres: si escribimos de forma descendente, tendemos a la depresión
y si nuestra escritura es horizontal, mostramos frialdad y secretismo.
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