martes, 24 de febrero de 2015

El sol sigue dañando la piel después de la exposición

El efecto de la luz del sol o incluso de las lámparas o cabinas de rayos UVA va mucho más lejos de lo que pensábamos. Una nueva investigación ha determinado que varias horas después de haber terminado la exposición los rayos UV o UVA, siguen provocando daños en la piel y pueden provocar cáncer de piel.

En las siguientes tres o cuatro horas estando ya a la sombra, aún pueden producirse lesiones y roturas en el ADN que son las que conducen a las mutaciones genéticas que pueden deribar en un carcinoma. Es decir, al colocarnos en la sombra tras haber estado tomando el sol, nuestra piel sigue sufriendo de igual forma que cuando estábamos en exposición directa al sol.

Los experimentos realizados con ratones y células humanas revelaron que, la melanina (el pigmento que bloquea la radiación ultravioleta) es la responsable de esta reacción pospuesta de los rayos de sol.

Lo que ocurre es que la radiación ultravioleta produce oxígeno y nitrógeno reactivos a cámara lenta; tras esto, al combinarse, excitan un electrón de la melanina que provoca las lesiones en el ADN. “Esta transferencia de energía al ADN puede ocurrir en la oscuridad, pero provoca el mismo daño que el sol a plena luz del día”.

Sin embargo, los científicos aclaran que este descubrimiento no tiene por qué afectarnos dramáticamente, se puede tomar el sol con precaución utilizando siempre protectores solares, y evitando las horas de más sol (de 12 a 16h) pudiendo ayudarse de sombreros, sombrillas, etc.





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