Las supernovas son explosiones
estelares de proporciones
cataclísmicas que suponen el
fin de la vida de una estrella.
Existen dos grandes categorías
de supernovas: las debidas a la
explosión de estrellas masivas
aisladas y las que se producen
como resultado de procesos de
intercambio de materia en el
seno de ciertos sistemas estelares
binarios. La primera categoría
corresponde a la explosión
que ocurre al final de la vida de
una estrella muy masiva, y que
genera grandes cantidades de
energía y emisiones de material,
siendo uno de los fenómenos
explosivos más intensos. En
apariencia, la estrella aumenta
su brillo tanto, que pueden
llegar a brillar más que toda
la galaxia que la alberga. Esta
etapa final en la vida de una
estrella corresponde con el momento
en que su núcleo agota
todo su combustible, y dejan
de producirse las reacciones
termonucleares causantes de
gran parte de la luminosidad de
la estrella. Esto origina una contracción
catastrófica del núcleo
que arrastra consigo a las capas
más externas de la estrella, que
literalmente rebotan contra él,
provocando la explosión, con
una enorme liberación de energía
y materia. De esta materia
surgirá una nueva generación
de estrellas en un ciclo de vida
estelar. El cadáver estelar resultante
será un nuevo tipo objeto
celeste: si la estrella original
tenía una masa de menos de
20 masas solares, se formará
una estrella de neutrones, y si
era más masiva, se formará un
agujero negro. Las supernovas
debidas al intercambio de
masa en sistemas binarios se
producen cuando una estrella
enana blanca roba material a
una compañera cercana de tipo
normal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario