El
suicidio asistido se define como la “Administración, provisión o prescripción
de fármacos con la intención explícita de permitir que el paciente en situación
de enfermedad incurable termine con su vida por su propia voluntad”. (9) Se
caracteriza por la decisión de una persona gravemente enferma de poner fin a su
vida, su propia acción la que causa su muerte, pero el personal sanitario
interviene en forma de asistencia moral o material. (15)
Ésta,
al igual que la Eutanasia, es una de las prácticas que tienen como objetivo
el acortamiento de la vida, y por tanto
es un delito en la mayoría de países. Tan solo se encuentra legalizado en Suiza
desde 2006 y los estados norteamericanos de Oregón y Washington desde 1997. (9,
13)
Es
importante diferenciar entre Suicidio Asistido y Eutanasia, que aunque sean
sutiles, resultan fundamentales en caso de una intervención jurídica. La
principal diferencia es la persona cuya acción será causa directa de muerte,
que en este caso es el mismo individuo grave e incurable que desea poner fin a
su sufrimiento acelerando su muerte. (15)
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