La fenilceonuria (PKU) es una
patología producida por una alteración metabólica. Se trata de una enfermedad
congénita hereditaria de carácter recesivo causada por la mutación de un gen de
la enzima fenilalanina hidroxilsa cuyo defecto o ausencia impide que las
personas afectadas pueden metabolizar el aminoácido esencial fenilalanina en
tirosina. De esta forma ocasiona la acumulación de fenilalanina en sangre. El
exceso de fenilalanina impide que el sistema nervioso central capte aminoácidos
vitales para el desarrollo adecuado, provocando daos cerebrales irreversibles.
Para compensarlo, el organismo desvía la degradación de este aminoácido hacia
la formación de metabolitos tales como fenilpirúvico, ácido fenilacético y
fenilcetilglutamina, todos ellos presentes en la orina del individuo fenicetonúrico.
Cabe destacar que los individuos
heterocigotos son asintomáticos, aunque disminuye su actividad enzimática.
Sintomatología
La formación de la tirosina
sufre graves alteraciones, repercutiendo en la síntesis de compuestos como: las
catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), las hormonas tiroideas y el
elemento responsable de la pigmentación de la piel: la melanina.
Esta enfermedad se manifestará
cerca de los 10 meses de edad en caso de no haber sido diagnosticada
anteriormente. Por lo que, hasta el momento se han mantenido elevados los
niveles de fenilalanina en sangre (considerándose normales:
entre 5-10 mg/100 ml hasta 12
mg/100 ml. Y elevados: los superiores a 20 mg/100 ml) El síntoma más grave que
ocasiona la fenilcetonuria, es el retraso mental irreversible, producido por
los efectos tóxicos que produce en el cerebro la fenilalanina y sus metabolitos
alternativos, ya que interfieran en el proceso normal de mielinización de las
fibras nerviosas en formación.
Además pueden aparecer:
— Alteraciones óseas:
microcefalia, falta de crecimiento.
— Alteraciones cutáneas:
Hipopigmentación, color claro de la piel, ojos y cabellos.
— Alteraciones nerviosas:
inquietud, hiperactividad, agitación y trastornos de la conducta.
El 90 % de los hijos de madres
con PKU sufren retraso y anomalías congénitas como microcefália, o
cardiopatías. Por lo que estas mujeres deben seguir un régimen dietético, antes
y durante el embarazo.
Tratamiento
Tanto el diagnóstico como la
iniciación del tratamiento dietético deben producirse antes de la 3ª semana de
edad para evitar así el retraso mental. Hoy en día se realiza la llamada prueba
del talón para determinar los niveles de Phe en sangre de los neonatos de
Europa, Norteamérica y Australia.
El pronóstico de esta enfermedad
es bueno si el tratamiento adecuado se implanta antes de los 3 meses de vida
del recién nacido. Por esto, es de vital importancia detectar pronto la
enfermedad en los recién nacidos.
Actualmente no se conoce un
tratamiento suficientemente efectivo para curar completamente la PKU. Sin
embargo se han desarrollado algunos tratamientos que pueden evitar sus efectos
cerebrales.
- Tratamiento con dieta baja en
Phe:
El tratamiento dietético debe de
cumplir dos requisitos: satisfacer las necesidades nutricionales del niño para
lograr un crecimiento óptimo y mantener las concentraciones séricas de
fenilalanina dentro de un intervalo que no entrañe riesgos y que varía
dependiendo de la edad.
- Terapia enzimática:
Consiste en la administración
subcutánea de la enzima fenilalanina amonioliasa conjugada con polietilenglicol.
Esta no requiere cofactores, y es capaz de degradar la Phe en amonio y ácido
trans-cinámico ya que éstos no son tóxicos. Esta técnica ha sido estudiada en
animales.
- Tratamiento con
tetrahidrobiopterina:
Los pacientes que presentas
formas más suaves de hiperfenilalaninemia responden a tratamiento con el
cofactor de la fenilalanina hidroxilasa. La unión del cofactor al enzima la
estabiliza o activa.
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